domingo, 30 de octubre de 2011

Recorriendo nuestra Historia


Una bella tradición desde Amozoc de Mota
2 de noviembre no, sino 1 de noviembre…
Dentro de la comunidad de Amozoc de Mota, un pueblo a solo una hora del centro de Puebla, se vive el ya tradicional 2 de Noviembre “Día de muertos”, pero en realidad la celebración comienza el primero de noviembre puesto que este día se recibe  a las almas de los que ya no están entre nosotros  con una tradicional ofrenda.
Dentro de cada casa, las familias se reúnen a las doce de la tarde para organizarse y recordar los gustos de sus familiares fallecidos, es así como sobre una mesa larga con manteles blancos y  papel picado colocan todo tipo de alimentos en especial lo que a los ya muertos les gustaba comer. Los alimentos que se observan sobre las mesas son: Agua bendecida en la iglesia, fruta de temporada, tamales de sal, mole poblano, dulces como calaveritas de azúcar, cigarros y como todo buen mexicano se hacen presentes las botellas de bebidas alcohólicas.
Llegada la una de la tarde, las campanas de la parroquia de la Asunción replican seguidas por las de las diversas iglesias de los barrios pertenecientes al municipio, el sonar de las campanas indican que las almas de los difuntos comienzan a salir de los panteones para emprender el camino a su casa donde los familiares los esperan con un gran manjar.
Los familiares colocan un camino de pétalos de flor de Cempasúchil   o flor de muerto, además de quemar incienso, esto con la finalidad de llamar a las almas para que no se pierdan en el camino, los familiares rezan y encienden por los ya fallecidos para pedir por su descansó.
Al terminar este rito las personas mayores cuentan una historia sobre las ofrendas a los jóvenes y pequeños, donde según cuenta la tradición no se debe tocar ningún alimento hasta las tres de la tarde del día siguiente por que los muertos se enojan y golpean a quien lo toman.
Y es así como la celebración del 2 de Noviembre se hace presente en el municipio de Amozoc de Mota, esta tradición ha ido pasando de generación en generación a lo largo del tiempo, los jóvenes de la comunidad estamos obligados a seguirla no solo por las creencias religiosas sino también porque es parte de nuestra cultura mexicana.    



Cronista: Karina de Lima

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