Los poblanos festejaron un 15 de septiembre
diferente al de años anteriores, esta vez en el centro histórico los
tradicionales bigotes mexicanos, los platillos típicos del estado no estuvieron
solo, ya que la presencia de un fuerte número de policías custodiaba el primer
cuadro de la ciudad.
Después de los hechos de violencia ocurridos en
Monterrey en todo el país de reforzó la seguridad; aquí en el estado el
operativo que lanzo el gobierno estatal desde las primeras horas del jueves con
la presencia de más de 2 mil elementos de seguridad pública y el ejército.
Esto provocó cierta sorpresa sobre la
ciudadanía, ya que los pambazos,
chalupas, el mole poblano y las carnitas nunca fue tan seguro comerlos en el
centro de la ciudad. Durante la tarde la seguridad se podía percibir un poco
benevolente, pero ya caída la noche, cuando la gente se comenzaba a dar cita en
zócalo, las estrategias de seguridad se endurecieron ya que tenían que
garantizar la seguridad de la presencia gubernamental del estado.
Estábamos hablando del actual gobernador del
estado Rafael Moreno Valle y el alcalde Eduardo Rivera Pérez quienes se
encontraban en la plancha del zócalo escuchando a la orquesta sinfónica de
puebla.
Mientras en los alrededores, todo aquel
ciudadano que tratara de ingresar al zócalo seria revisado de pies a cabeza por
los elementos de seguridad del estado, esto despertó opiniones divididas para
algunos poblanos.
Cerca de 10:40 de la noche el gobernador se
levantó y se dirigió hacia palacio municipal, mientras en su camino saludaba a
la ciudadanía que se encontraba esperando dar el tradicional grito de
independencia como hace 201 años los dio don Miguel Hidalgo y Costilla.
Justo a las 11:04 minutos el Gobernador y el
alcalde se asomaron desde el balcón de palacio municipal para dar el grito de
independencia, para después presenciar la pirotecnia que tenían preparada para
la celebración de la fiesta patriótica.
El evento finalizó con el mejor comportamiento
de las ciudadanos, se reportó saldo blanco tras el operativo de seguridad
pública, los poblanos aún se disponían a comer el mole de panza, los tacos, el
pozole las cemitas y los platillos típicos que se dieron cita en las
inmediaciones del zócalo.
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