Paseo de San Francisco “Entre fabricas y diversión”
El disponerse a
mezclar cultura con diversión resulto un tanto tedioso pero nada con lo que no
se pudiera lidiar, había que empaparse un poco de historia sobre el lugar para poder
verlo desde otra perspectiva y así comenzar la travesía…
Las áreas verdes como escenario perfecto para los enamorados, no
había banca que estuviera desocupada, parejas por aquí parejas por allá, dando
un respiro en la poca naturaleza de la ciudad y como en todo no falto quien
quisiera hacer negocio vendiendo flores.
Siguiendo nuestro recorrido hacia En el corredor comercial un
percance, una señora de buen ver y por su apariencia adinerada, derramaba
billetes de la bolsa de su pantalón, sin mencionar marca pero caro por cierto,
y como todo buen poblano no se hizo esperar aquella persona que se le acerco
para avisarle, aunque otra persona más vivaz recogió los billetes y se dio a la
fuga, valla que se vive de todo en nuestra ciudad.
Al ingresar a la parte principal mi mirada fue directa a unos
gemelos vestidos con overoles y tenis idénticos que rodeaban un carrito de
tragamonedas, ambos discutían por quien metía la moneda para poder arrancar su
gran viaje de dos minutos, eso me hizo olvidar el penoso accidente de los
billetes.
Ya en la parte superior, con tantos locales, tantas cosas que
llamaban mi atención y sin dinero en la bolsa decidí emprender la retirada
antes de que mi ánimo decayera, no sin antes checar la cartelera de Cinemex
para acudir con la familia en otra ocasión.
Al salir, un rico helado me esperaba, y bien merecido lo tenía
después de una larga travesía entre fábricas y diversión.
Por: Karina de Lima
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